Último día en Addis 14-08-2013

Dormí a ratos, me levanté a las 9am, ducha calentita y salí del hotel. Me encuentro regular, he cogido enfriamiento y estoy a base de paracetamol y diclofenac para el diente que se me rompió ayer comiendo pistachos, si es que ya me lo decía mi madre… ¡Los cerrados no se comen!.

Caminé hasta el Green Valley y me pedí Tibs, como me decía Nadia en su mensaje. Las que probé el otro día no me entusiasmaron. Veremos estas qué tal. Me quedaré con 200 para el taxi y espero no tener que pelear mucho por el precio. No hay cosa que me dé mas rabia que tener que negociar por todo lo que vaya a pagar.

En cuanto termine de desayunar/comer (digamos… que estoy de Brunch, por las horas), voy al orfanato por última vez, lo tengo al lado ahora mismo. Hasta las 13:30h mas o menos que me vaya al aeropuerto. Me apetece ya estar en casita, un baño caliente y ponerme mejor del resfriado. Comer a mis horas y comer bien. Iré al super a comprar verduras estos días, comer sano debe ser mi objetivo a cumplir, el objetivo que nunca consigo. Debe ser mi prioridad. Dormir bien, por la noche (siempre que el trabajo me deje). Tomar mis mates por la mañana junto con un buen desayuno. Una hora del curso de portugués que me compré… o del chino, árabe, alemán, coreano… que me compré el año pasado. Si no soy capaz de ir cada día libre al gimnasio de Le Meridien, ir a la playa, nadar un rato. Estoy super motivado después de esta experiencia en Etiopia, a cuidarme más, a relajarme más, a estar más activo en mis días libres, a apreciar más las cosas… Pero ahora me siento congestionado, sí, mejor me vuelvo a casa en el avión de este mediodía y me quedo en camita recuperándome. Ya me activaré la semana que viene.

Recogí mis cosas del hotel y me fui al orfanato a pasar mis últimas horas en Addis con los niños. Lo pasamos muy bien, hicimos muchas fotos, les encantó una función que tenía mi móvil en la que salen repetidos en las fotos dando saltos. Conocí a una pareja de españoles, de Granada, que vinieron a recoger a su hija. Una niña preciosa que no llega a los tres meses de edad. Me contaron lo duro que fue todo, la espera, las entrevistas, la mala organización, los viajes, el dinero gastado, las reuniones en embajada, la reunión con la juez, el traductor… pero al final después de unos 3 años consiguieron su sueño, de adoptar a una criatura y tener una hermanita nueva para su hijo mayor.

Debe ser curiosa la sensación de saber que cuando empiezas el proceso de adopción de un bebé. Ese bebé aun no ha nacido, aún no ha sido abandonado (si esa fuese la situación). Pensar que todos los documentos que estás rellenando, todas tus peticiones, todas las reuniones y entrevistas que te hacen…. Es para adoptar a un ser que aún no existe.

Tuve una reunión con la hermana al final del día, donde me explicó bien cómo funciona todo el Orfanato, lo que hacen con todas las donaciones que les llevamos los tripulantes de vuelo, me enseñó la cocina que se la había donado la Emirates Airline fundation… y luego hablamos un poquito del proceso de adopción. Me explicó cómo ella no tiene poder alguno en esas decisiones, todo va por gente externa y ella solamente recibe la notificación de cuando vendrán los padres a conocer y recoger a su hijo.

Me contó el caso de Micky, el niño con quién mas química tuve desde el principio. Micky nunca podrá ser adoptado porque no tienen sus documentos, no se sabe cuándo nació. Su madre, lo llevaba cada día al orfanato mientras ella iba a trabajar, para que las monjitas lo cuidaran… y un día… la madre nunca apareció a recogerlo. Intentaron encontrarla pero no hubo suerte, el trabajo no existía… así que Micky se quedó en el orfanato y llevaba ya unos cuantos años. El gobierno no permitía su adopción al carecer de todo tipo de documentos. Una historia muy triste que te dan ganas de salir corriendo con el crio y tomar el primer avión.

Me contó que si quiero adoptar, lo primero que tengo que hacer es casarme con una mujer. Sin ese requisito, no hay adopción.

Cuando me disponía a buscarme transporte para el aeropuerto, la hermana mayor del orfanato le pidió al conductor que tienen que me llevara. Fue un detalle que no me esperaba, me veía regateando precios con coches por toda la calle hasta conseguir que me llevaran por 200Br… que es lo único que tenía a esas alturas.

El vuelo de vuelta a Dubái estaba muy lleno, pero aún así conseguí subirme y no quedarme en tierra. Acabamos de terminar de comer y aún faltan unas dos horas de vuelo para aterrizar. Estoy emocionado por lo que he vivido estos días.

Tercer día en Addis 13-08-2013

Hoy me levanté como a las 6am, quería estar a las 9am en el orfanato. Me dolía la espalda, no pude dormir nada. El colchón es muy duro y las almohadas demasiado gruesas. El ambiente es muy húmedo y no para de llover, creo que es por eso que me duele la espalda también. La próxima vez que venga de voluntariado tiene que ser en un mejor hotel o en verano aquí, cuando no llueva tanto. El agua de la ducha es muy caliente, eso está muy bien. Al final sobre las 9am me tuve que tomar una pastilla para la espalda y me dormí de nuevo hasta pasado el mediodía. Todo el día desperdiciado. Me desperté con mucho sentimiento de culpabilidad, acordándome de Samal, Eisha, Samri, Negele, Ayelech, Asrat… que me esperaban hoy para entregarme sus cartas, tomar más fotos (que les gusta tanto). Mañana es mi último día con ellos y no puedo fallarles. Debo estar allí para las 8am para ayudar a las hermanas a darle el desayuno a los más pequeños. 

Me he llegado a plantear el quedarme un día más aquí, puedo permitirme llegar un día después a Dubái, pero me da miedo que el vuelo de vuelta esté demasiado lleno y no llegar a tiempo para mi siguiente vuelo operando.

He venido a una cafetería cercana al hotel para comer algo. Hace frio y no estoy preparado con ropa, me iré pronto al hotel. Ayer en un paso de peatones un joven local me dijo que no usara el móvil en la calle porque me lo podían robar, que tuviera mucho cuidado. Después insistió mucho en quedar al día siguiente, hoy, para tomar un café juntos. Me resultó muy extraño y le dije que no podía. No quiero prejuzgar a nadie, pero lo primero que se me pasó por la cabeza fue que quería aprovecharse de alguna manera de mí. ¿Qué querría?¿dinero?¿sexo?¿amistad?¿entablar conversación con un extranjero?… Ya no me queda casi dinero y aún me queda un día más.

Al llegar al hotel quise mirar los vuelos de vuelta, pero el internet sigue sin funcionar. Así que no pude cambiar mi billete para el día siguiente.

En la web de mi hotel decía que por las noches había música, no he visto nada.

Hoy es Martes 13. Voy a volver pronto, pero tengo que organizarme un poco mejor. Debo quedarme en un hotel más cercano al orfanato y debería intentar no venir solo de nuevo, creo que sería muy diferente. 

Hoy en la calle me sentía mojado y frío con mis dos camisetas de mangas largas y mi chaqueta. A mi lado pasaron un grupo de tres chicos con solo una chaqueta, vieja y grande, que usaban como si fuera una manta cada uno, con los brazos dentro y la cabeza cubierta. Uno de ellos, el mayor, no llevaba zapatos… y yo quejándome por sentir los pies fríos. El suelo estaba mojado, y allí iban ellos andando juntos y felices. El mayor, el descalzo, de unos trece años iba comiendo un trozo de mazorca de maíz. Su ojo izquierdo estaba cubierto por una fina capa blanca. Me dio la sensación de que era ciego de ese ojo.

Acabo de volver al hotel, usé durante un rato el ordenador de la recepción y me vine a mi habitación. Me puse toda la ropa que tenía en la maleta y me metí en la cama. Me estoy resfriando. Hace mucho frio. 

De nuevo me viene a la cabeza, qué maravilla de niños, qué diferencia con los niños que conozco en España y en Dubái. Comparado con estos, no tienen conciencia de lo que tienen, de lo que es amor, cariño y de la suerte que tuvieron al nacer allí y no aquí. 

Ojalá algún día pueda adoptar yo también. No hará diferencia en Etiopía, pero hará diferencia para esa persona, para mí.

Mi viaje a Adís Abeba 12-08-2013

Segundo día en Addis, hoy ya ha sido distinto, me encantan los niños. La verdad es que es muy emotivo todo, cuánto amor te dan, cómo te acarician todos y se apegan a ti. Qué emoción ver a esas familias llevarse a su nuevo hijo en brazos. Después de tres años y medio esperando, no es tan fácil como parece. 

Qué guapos son todos, cariñosos. No paran, pura energía, qué buen corazón tienen. Al recibir unas gominolas las repartían todas. Hasta los niños más adultos son muy cariñosos. Lo que son las cosas, incluso aquí me veo mejor que en Dubái, la gente me gusta más.