Bienvenido a mi diario, El Diario de Papi

Después de estar 14 años viajando por todos los rincones del mundo, empiezo con el viaje mas importante de vida. Mi viaje a la paternidad. Aquí te cuento cómo empezó todo, mis emociones, mis alegrías, mis decepciones… MI HISTORIA.

Mi viaje a Adís Abeba

12-08-2013. Segundo día en Addis, hoy ya ha sido distinto, me encantan los niños. La verdad es que es muy emotivo todo, cuánto amor te dan, cómo te acarician todos y se apegan a ti. Qué emoción ver a esas familias llevarse a su nuevo hijo en brazos. Después de tres años y medio esperando, no es tan fácil como parece. 

Qué guapos son todos, cariñosos. No paran, pura energía, qué buen corazón tienen. Al recibir unas gominolas las repartían todas. Hasta los niños más adultos son muy cariñosos. Lo que son las cosas, incluso aquí me veo mejor que en Dubái, la gente me gusta más. 

13-08-2013

Tercer día. Hoy me levanté como a las 6am, quería estar a las 9am en el orfanato. Me dolía la espalda, no pude dormir nada. El colchón es muy duro y las almohadas demasiado gruesas. El ambiente es muy húmedo y no para de llover, creo que es por eso que me duele la espalda también. La próxima vez que venga de voluntariado tiene que ser en un mejor hotel o en verano aquí, cuando no llueva tanto. El agua de la ducha es muy caliente, eso está muy bien. Al final sobre las 9am me tuve que tomar una pastilla para la espalda y me dormí de nuevo hasta pasado el mediodía. Todo el día desperdiciado. Me desperté con mucho sentimiento de culpabilidad, acordándome de Samal, Eisha, Samri, Negele, Ayelech, Asrat… que me esperaban hoy para entregarme sus cartas, tomar más fotos (que les gusta tanto). Mañana es mi último día con ellos y no puedo fallarles. Debo estar allí para las 8am para ayudar a las hermanas a darle el desayuno a los más pequeños. 

Me he llegado a plantear el quedarme un día más aquí, puedo permitirme llegar un día después a Dubái, pero me da miedo que el vuelo de vuelta esté demasiado lleno y no llegar a tiempo para mi siguiente vuelo operando.

He venido a una cafetería cercana al hotel para comer algo. Hace frio y no estoy preparado con ropa, me iré pronto al hotel. Ayer en un paso de peatones un joven local me dijo que no usara el móvil en la calle porque me lo podían robar, que tuviera mucho cuidado. Después insistió mucho en quedar al día siguiente, hoy, para tomar un café juntos. Me resultó muy extraño y le dije que no podía. No quiero prejuzgar a nadie, pero lo primero que se me pasó por la cabeza fue que quería aprovecharse de alguna manera de mí. ¿Qué querría?¿dinero?¿sexo?¿amistad?¿entablar conversación con un extranjero?… Ya no me queda casi dinero y aún me queda un día más.

Al llegar al hotel quise mirar los vuelos de vuelta, pero el internet sigue sin funcionar. Así que no pude cambiar mi billete para el día siguiente.

En la web de mi hotel decía que por las noches había música, no he visto nada.

Hoy es Martes 13. Voy a volver pronto, pero tengo que organizarme un poco mejor. Debo quedarme en un hotel más cercano al orfanato y debería intentar no venir solo de nuevo, creo que sería muy diferente. 

Hoy en la calle me sentía mojado y frío con mis dos camisetas de mangas largas y mi chaqueta. A mi lado pasaron un grupo de tres chicos con solo una chaqueta, vieja y grande, que usaban como si fuera una manta cada uno, con los brazos dentro y la cabeza cubierta. Uno de ellos, el mayor, no llevaba zapatos… y yo quejándome por sentir los pies fríos. El suelo estaba mojado, y allí iban ellos andando juntos y felices. El mayor, el descalzo, de unos trece años iba comiendo un trozo de mazorca de maíz. Su ojo izquierdo estaba cubierto por una fina capa blanca. Me dio la sensación de que era ciego de ese ojo.

Acabo de volver al hotel, usé durante un rato el ordenador de la recepción y me vine a mi habitación. Me puse toda la ropa que tenía en la maleta y me metí en la cama. Me estoy resfriando. Hace mucho frio. 

De nuevo me viene a la cabeza, qué maravilla de niños, qué diferencia con los niños que conozco en España y en Dubái. Comparado con estos, no tienen conciencia de lo que tienen, de lo que es amor, cariño y de la suerte que tuvieron al nacer allí y no aquí. 

Ojalá algún día pueda adoptar yo también. No hará diferencia en Etiopía, pero hará diferencia para esa persona, para mí.