Dormí a ratos, me levanté a las 9am, ducha calentita y salí del hotel. Me encuentro regular, he cogido enfriamiento y estoy a base de paracetamol y diclofenac para el diente que se me rompió ayer comiendo pistachos, si es que ya me lo decía mi madre… ¡Los cerrados no se comen!.
Caminé hasta el Green Valley y me pedí Tibs, como me decía Nadia en su mensaje. Las que probé el otro día no me entusiasmaron. Veremos estas qué tal. Me quedaré con 200 para el taxi y espero no tener que pelear mucho por el precio. No hay cosa que me dé mas rabia que tener que negociar por todo lo que vaya a pagar.
En cuanto termine de desayunar/comer (digamos… que estoy de Brunch, por las horas), voy al orfanato por última vez, lo tengo al lado ahora mismo. Hasta las 13:30h mas o menos que me vaya al aeropuerto. Me apetece ya estar en casita, un baño caliente y ponerme mejor del resfriado. Comer a mis horas y comer bien. Iré al super a comprar verduras estos días, comer sano debe ser mi objetivo a cumplir, el objetivo que nunca consigo. Debe ser mi prioridad. Dormir bien, por la noche (siempre que el trabajo me deje). Tomar mis mates por la mañana junto con un buen desayuno. Una hora del curso de portugués que me compré… o del chino, árabe, alemán, coreano… que me compré el año pasado. Si no soy capaz de ir cada día libre al gimnasio de Le Meridien, ir a la playa, nadar un rato. Estoy super motivado después de esta experiencia en Etiopia, a cuidarme más, a relajarme más, a estar más activo en mis días libres, a apreciar más las cosas… Pero ahora me siento congestionado, sí, mejor me vuelvo a casa en el avión de este mediodía y me quedo en camita recuperándome. Ya me activaré la semana que viene.
Recogí mis cosas del hotel y me fui al orfanato a pasar mis últimas horas en Addis con los niños. Lo pasamos muy bien, hicimos muchas fotos, les encantó una función que tenía mi móvil en la que salen repetidos en las fotos dando saltos. Conocí a una pareja de españoles, de Granada, que vinieron a recoger a su hija. Una niña preciosa que no llega a los tres meses de edad. Me contaron lo duro que fue todo, la espera, las entrevistas, la mala organización, los viajes, el dinero gastado, las reuniones en embajada, la reunión con la juez, el traductor… pero al final después de unos 3 años consiguieron su sueño, de adoptar a una criatura y tener una hermanita nueva para su hijo mayor.
Debe ser curiosa la sensación de saber que cuando empiezas el proceso de adopción de un bebé. Ese bebé aun no ha nacido, aún no ha sido abandonado (si esa fuese la situación). Pensar que todos los documentos que estás rellenando, todas tus peticiones, todas las reuniones y entrevistas que te hacen…. Es para adoptar a un ser que aún no existe.
Tuve una reunión con la hermana al final del día, donde me explicó bien cómo funciona todo el Orfanato, lo que hacen con todas las donaciones que les llevamos los tripulantes de vuelo, me enseñó la cocina que se la había donado la Emirates Airline fundation… y luego hablamos un poquito del proceso de adopción. Me explicó cómo ella no tiene poder alguno en esas decisiones, todo va por gente externa y ella solamente recibe la notificación de cuando vendrán los padres a conocer y recoger a su hijo.
Me contó el caso de Micky, el niño con quién mas química tuve desde el principio. Micky nunca podrá ser adoptado porque no tienen sus documentos, no se sabe cuándo nació. Su madre, lo llevaba cada día al orfanato mientras ella iba a trabajar, para que las monjitas lo cuidaran… y un día… la madre nunca apareció a recogerlo. Intentaron encontrarla pero no hubo suerte, el trabajo no existía… así que Micky se quedó en el orfanato y llevaba ya unos cuantos años. El gobierno no permitía su adopción al carecer de todo tipo de documentos. Una historia muy triste que te dan ganas de salir corriendo con el crio y tomar el primer avión.
Me contó que si quiero adoptar, lo primero que tengo que hacer es casarme con una mujer. Sin ese requisito, no hay adopción.
Cuando me disponía a buscarme transporte para el aeropuerto, la hermana mayor del orfanato le pidió al conductor que tienen que me llevara. Fue un detalle que no me esperaba, me veía regateando precios con coches por toda la calle hasta conseguir que me llevaran por 200Br… que es lo único que tenía a esas alturas.
El vuelo de vuelta a Dubái estaba muy lleno, pero aún así conseguí subirme y no quedarme en tierra. Acabamos de terminar de comer y aún faltan unas dos horas de vuelo para aterrizar. Estoy emocionado por lo que he vivido estos días.